- Hoja de coca: Colombia propone su exclusión de la lista de estupefacientes en la ONU
- Colombia y la despenalización de la hoja de coca: ¿Una alternativa a la lucha contra las drogas?
Colombia impulsa la despenalización de la hoja de coca ante la ONU: ¿un cambio en la política antidrogas?
El Gobierno de Gustavo Petro ha solicitado oficialmente a la ONU que la hoja de coca sea excluida de la lista de estupefacientes de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961. Esta iniciativa, respaldada por Bolivia, busca diferenciar la planta ancestral de la cocaína, reconociendo su valor cultural, tradicional y su potencial económico.
Colombia defiende el uso tradicional y medicinal de la hoja de coca
Durante la última sesión de la Comisión de Estupefacientes en Viena, la delegación colombiana argumentó que la criminalización de la hoja de coca perjudica a las comunidades indígenas que la han utilizado durante siglos. Además, señalaron que esta política limita las oportunidades de desarrollo económico y la investigación sobre los usos medicinales de la planta.
¿Qué impacto tendría la despenalización de la hoja de coca?
Colombia es actualmente el mayor productor mundial de cocaína, representando entre el 60 % y el 70 % de la producción global, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Sin embargo, el Gobierno de Petro ha impulsado un cambio en la política antidrogas: prioriza la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos y la regulación del uso de la hoja de coca en lugar de estrategias punitivas como la aspersión aérea con glifosato, suspendida desde 2015.
La hoja de coca: ¿solución o desafío?
Oliver Dalichau, representante de la Fundación Friedrich Ebert en Colombia, considera que esta solicitud es un “paso en la dirección correcta”. Para Dalichau, es hora de aplicar políticas antidrogas que respeten el contexto cultural y promuevan el desarrollo rural.
“La hoja de coca en sí no es dañina”, afirma Dalichau en una entrevista con DW. “La lucha contra el narcotráfico ha fracasado durante 50 años. Es momento de considerar alternativas basadas en el desarrollo y la regulación”.
Según el experto, excluir la hoja de coca de la lista de estupefacientes podría reducir la criminalización de los pequeños cultivadores y facilitar su integración a la economía formal. Sin embargo, advierte que el proceso será complejo y enfrentará una fuerte resistencia internacional.
“Colombia y Bolivia no pueden cambiar las reglas solos. Por ahora, no existe un consenso global. Además, la posición actual de Estados Unidos hace que el debate sea aún más difícil. Pero si alguien puede liderarlo, es Colombia, el mayor productor de cocaína del mundo”, concluye Dalichau.
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